Mis viajes a Jerez de la Frontera 2

 El viaje

El viernes por la mañana se me hizo eterno, aunque acepté sin ningún tipo de encabronamiento la situación, ni externo ni interno que es más importante. Es más que necesario aprender a expulsar la alteración interna. No mostrar enfado por algo para que parezca que no pasa nada, pero dejar que los demonios alteren tus pensamientos es una bomba a punto de explotar para un alcohólico, tanto en activo como en recuperación.

Las consecuencias son impredecibles, y es algo literal, desde guardar un rencor exquisito al culpable, que puede romper una relación de cariño y amistad forjada durante años, hasta,  probablemente  romper contrato, más pronto que tarde, porque yo creía merecerlo todo,  y cuando un alcohólico en activo es contra decido en algo así, su más que probable reacción es jartarse de beber, pero el mismo jueves, porque para ti deberías estar en Jerez de juerga, perdiendo la dignidad por supuesto, os podéis imaginar cualquier cosa, desde rebañar culos de vasos olvidados a medio beber porque todo esta cerrado, hasta volver a lamer los restos de cocaína de la mesa absorbida por la nariz.

Transformar todo eso, en lo que en realidad ocurrió este año no es fácil en absoluto, pero a la vista está que se puede conseguir, si yo he podido creo que quien quiere puede, porque yo vi un futuro muy muy oscuro, el momento en que comprendes el porqué de los sin techo es justo uno de los momentos que te ubicas en la sociedad, en lo más abajo de la sociedad. Siempre me lo pregunté tiempo atrás, porqué no buscan trabajo esas personas?, porque acabaron así? Te lo preguntas hasta en el momento en que te ves ahí, cómo he acabado así? Son vivencias que por suerte se superaron, que me ayudaron a cansarme de la vida que llevaba, que es otro punto muy importante, cansarte de vivir en la miseria, tenia techo pero vivía en la miseria. Dormí en la calle por supuesto, entre cartones o a veces ni eso, pero en contadas ocasiones, también haré recuento de ello más adelante.

Pero ahora continuo, y  como todo en la vida llegó el momento, con cariño me despedí de la persona que me hizo quedarme el viernes a trabajar y de los demás compañeros, ellos saben de mi circunstancia y valoran también el esfuerzo, y ya solo quedaba cambiar el atuendo de albañil por el de persona civil, un traje que prácticamente estoy estrenando, el sentimiento de llevarlo también es bastante nuevo, la comparación entre sensaciones del viaje anterior es abismal, volví, después de mucho mucho tiempo a sentir esas cosquillas que sentía cuando era un chaval y se acercaba un partido de futbol, estaba ansioso por saltar al campo, fue bastante gratificante. 

Con estas sensaciones partimos Trompo y yo, lo miraba y sentía una satisfacción enorme, me acordaba perfectamente de las otras sensaciones, y de los objetivos que tenia en mente en 2018, partiendo de la premisa de que partí recién rota la relación de pareja que gastaba entonces, mi freno simplemente lo deje en casa, para que llevarlo si no tenia intención de usarlo, el equipaje era el justo, nada que ver con el equipamiento actual, antes solo hacia falta tener dinero, entonces ibas donde hubiera que ir, con quien sea y a donde sea, cuando tenias dinero te daba igual todo, después venían los madres mías, pero hasta entonces saltabas por donde hubiera que saltar, creo recordar que llevábamos cada uno unos 350 euros, mi amigo, con el que llevaba ya dos días casi de borracheras y yo, el primer gasto que hicimos nada más vernos, después de llegar de Torremolinos os podéis calcular cual fue, no hacía falta debate, como la mirada increíble de dos enamorados que se conocen hasta el último centímetro de su cuerpo, que con una simple mirada te recita un poema que entiendes perfectamente, exactamente igual, no conocíamos cada centímetro del cuerpo, pero si de la mente, hasta el último pensamiento, hasta el último detalle, todos somos diferentes, pero la manera de pensar de un alcohólico y drogadicto es bastante universal en el gremio.

Ya preparados de esa mierda, pero sin coche, hacia tiempo que no sabía lo que era ser propietario de uno, y mi amigo, como buen amigo, tampoco, pero el primer coche que pasó fue más que suficiente, embaucaríamos a cualquiera en ese momento, por suerte o desgracia, este no fue muy complicado, era de la trupe, y sin pensarlo mucho nos acerco a la estación de tren de Antequera, no había marcha atrás.

Y Trompo? Me da hasta vergüenza contarlo, realmente siento dolor cuando lo recuerdo, intento compensarlo cada día, aunque amé y amo a este ser como a pocos seres de la tierra, pero se querrá a una madre y a un padre? En realidad faltas a tu compromiso de amor y amistad con casi todo el mundo, fui más fiel novio y marido que hijo y amigo, de modo que como dije alguna vez anteriormente, Trompo también sufrió mi alcoholismo. En un gran numero de casos, el alcohólico es agresivo, y la borrachera, casi con total seguridad acaba normalmente en follón, y parece que siempre es así, pero no es cierto, el no estar pendiente de un ser querido es también un acto cobarde del cual hemos sido casi todos practicantes, al menos en alguna ocasión.
Como la noche del martes al miércoles la pasé en Málaga dejé a Trompo solo en casa, con el agua y la comida suficiente, pero solo en casa dos días completos, hasta que llegue el jueves a medio día, y como ya sabéis, la parada en casa fue de media hora, y dispuesto a desaparecer hasta el Domingo, exceptuando el viaje de mi luna de miel a Italia que duro 10 días, pero lo dejé a cargo de mi suegra por aquellos entonces, nunca estuvimos tantos días separados. Cuando llegué de Jerez aquel año él fue mi único consuelo, era lo único que tenia.

El mismo camino, un año en tren, otro en furgoneta, curiosamente bastante más loco el segundo que él primero. Del tren contar que se hizo largo, recuerdo bastante bien la necesidad de beber, tanta, que en una estación de mitad del camino, no recuerdo la localidad, salte del tren como si estuviera en los juegos olímpicos, había calculado el tiempo de parada en cada estación, no puedo recordar cuanto fue, eso es demasiado detalle para mi, pero sabia que tenia que darlo todo, y ahora más tonto no me puedo ver recordando esto, pero aquel día fue así, salté del tren y rápidamente hacia el bar de la estación, que cuando llegué estaba cerrado, mi cabeza comenzó a pensar alternativas, volver al tren sin cerveza no era una opción, como si un torero pierde la muleta ante un toro y la posibilidad de no salir al ruedo ya no esta, ya saliste, y tienes ante ti a un verdadero toro bravo, el alcohol que nunca pudiste torear, que siempre te venció y que una vez más guía tu vida hasta yo que sé donde, esta vez fuera de la estación, a punto de perder el tren, buscando un quiosco a algo donde comprar, la gente que me viera correr como loco de acá para allá se quedarían de cuadros. Al final tuve que desistir y volver al tren, estuve al limite de perderlo por unas latas de cerveza. Cuando esto ocurre ya te quedas serio todo el camino, no lo conseguiste, sin embargo, si el resultado de la carrera hubiera sido otro la adrenalina habría convertido el resto del viaje en averigua que? A lo mejor nos habrían echado del tren, cualquier cosa, pero especular ahora no vale, el caso es que cuando llegamos a Jerez nos desquitamos en el primer bar, después ya al circuito en taxi, serian las 10 o las 11 de la noche. Ahora tocaba ubicar la tienda de campaña, para ese momento, palabras mayores.

En furgoneta y sobrio la cosa cambia bastante como podéis imaginar, el simple placer del viaje ya me enamora y me llena, aunque como todo furgonetero sabe, está lleno de aventuras, de averías y aventuras. 
Mi t4 no es joven, ni yo tampoco, tenemos ciertas piezas que hay que ir renovando para poder hacer kilómetros, los dos estamos en ello, pero que días me elige más concretos, me fue imposible preverla, ahora, pienso en ella como en una prueba, no puede ser de otro modo, una prueba de como solventar un problema, aparentemente sencillo, pero que requiere de una serie de circunstancias para que sea así de sencillo.

La primera por supuesto es estar completamente sobrio, mentalmente sobrio, dejarte vencer por los problemas y tirarte a la copa es solución habitual, ahora esta no es la opción, al igual que en el tren ni se me paso por la cabeza renunciar a conseguir cerveza hasta que ya fue imposible del todo, ahora, gracias a hacer lo que hay que hacer, la opción de beber ni siquiera se perfila en ultimo lugar, tan solo con eso ya juegas con ventaja sobre tu otro yo, bastante ventaja.

Salí de Alameda antes de las tres de la tarde, la semana había sido dura, noches de terminar cerca de las dos de la mañana para terminar la furgoneta por dentro, instalación de aguas, muebles, cartoneras....un esfuerzo grande en tiempo y dinero, que claramente merece la pena invertir, pero a veces el cansancio de hacerlo uno todo es enorme, al igual que la satisfacción, mirar ahora por dentro esta casita que me he echo es un verdadero lujo, literalmente un lujo equiparable a un super hotel de cinco estrellas, comparado con la mochila a medio llenar que me acompañaba en el tren.



Creo que la imagen habla sola, así que continuo, música a tope, siempre, reviento cantando, canto cuando soy feliz, pero llegando a La Roda de Andalucía, con veinte kilómetros de viaje tan solo, la palanca de cambios comenzó a estar diferente, de pronto no le entraba ni la primera velocidad ni la segunda, y cuando quise acordar estaba en la autovía hacia Sevilla, la primera cita antes de llegar a Jerez era en Sevilla, a recoger esa cama tan chula de la foto, que encargue hace bastante tiempo para la ocasión, y que pagué religiosamente antes de tiempo, me preocupo bastante por ello, y cuando al realizar el pedido me pedían una señal de veinte euros, algo normal, yo le liquidé el precio completo, porque mi sobriedad me lo permite, no es por otro motivo. 

Cuando entré en la autovía de tercera a cuarta cambió bien, y posteriormente a quinta, sin problema, aunque yo sabia que lo había, y mi mente era un reactor buscando opciones, ahora no ir a Jerez no era la opción, y me rio un poco al escribir esto, me doy cuenta de que siempre hay algo que tengo claro que no es opción, el día del tren tenia claro que quería beber por encima de todas las cosas, en la parada de tren al menos no lo conseguí pero lo di todo, creedme, a lo largo del tiempo en AA me surgieron multitud de problemas que me propuse no solucionar bebiendo y lo tengo clarísimo y lo estoy consiguiendo, al menos a día de hoy, esto del alcohol es mejor en tiempos de 24 horas, metas más grandes pueden que nos sobrepasen, y ahora me propuse ir sobrio a Jerez a disfrutar de lo que antes no supe, y por eso que se dice pero que esta feo decir que iba a ir a Jerez, después de tanto esfuerzo no me podía parar ahora.

Paso por mi cabeza continuar sin parar, muy propio de mi anterior yo, y lo deseché al instante, la siguiente parada era la salida de Casariche, con una gasolinera, parar allí era la mejor opción, reduje a cuarta velocidad para probar, y ya al volver a quinta no quiso entrar, y ya despacio hasta la gasolinera.

El sentimiento de frustración por un momento me supero, pero pensaba en la semana que llevaba, la entrada de Jerez, como sabéis, la compré con bastante antelación, creo que ha sido el viaje que más concienzudamente he preparado, y saliendo, me ocurre esto, pensé en que quizás era otra señal para ni ir por cualquier motivo, si quizás tuviera un accidente y luego dices, que no tendrías que haber ido, que no dejarte ir el jueves, que te pasara esto el viernes, en este momento, pero que va, otra vez más, y es un placer decir esto, mi ambición fue superior a mis miedos.

Conseguí dar con el problema gracias a unos chavales que había en la gasolinera, el problema fue una pieza de plástico, material odioso, que después de veinte años de vida decidió romperse en ese preciso momento, capricho del destino que me puso a prueba.





Además de tomar las decisiones adecuadas, la vida te pone por delante gente de buen corazón, gente competente en su terreno, el terreno de la empatía, grandes profesionales, y también excelente mecánico, después de localizar el problema e improvisar una solución con una presilla logre llegar al polígono de Casariche, y estas manos de dedos negros, de rascar una solución bajo los cimientos de mi casa, consiguió que todo llegará a cauce, casualmente el también iba a Jerez, en moto, a las cinco decía mirándome como diciendo, es imposible, y la situación fue muy fácil en realidad, le comente todo el esfuerzo de la semana, el me dijo que haría lo que estuviera en su mano, le puse cara de pena, tengo que admitirlo, era una situación limite, pero fuera de broma, se que no hacia falta, consiguió la pieza que veis en la foto que parece una aceituna, después de varias horas, y montar y desmontar, y probar y volver a desmontar la aceitunita, esta gran persona que tengo que hacerle una visita sorpresa, consiguió que todo pudiera ocurrir.

Lo siguiente que ocurrió fue pagar la factura, aquí se encuentra el segundo requisito para que todo siga con normalidad, lo primero tener dinero para ello, fue algo que en ningún momento me preocupo, pero la normalidad de una simple transacción con una tarjeta de crédito, subir sin pensar, hola buenas tardes, cuanto es la avería? Cien euros, sablazo!!! hubiera pagado doscientos, y a continuación el gesto tan normal de pasar una tarjeta de crédito, eso no siempre fue así, al margen de la sociedad te encuentras en tantos aspectos de la vida que a veces olvidas ciertas normalidades.

Y bueno, decir que a partir de ahí, cuando sobre las siete de la tarde emprendí otra vez el camino, el alivio era gigante, la tranquilidad también, hice una parada para tomar café, de lo más tranquilo a pesar del retraso, nada que ver con las olimpiadas del tren.



Ahí está Trompo, pequeñito en la puerta, esperando paciente a que tomara el café 


Llegamos a Jerez, después de pasar por Sevilla, recoger la cama y conocer a Francisco, un placer haber tratado con él, conseguí, gracias a mi amigo que viajó conmigo en el tren, que me esperaba allí desde el miércoles, un sito para la furgoneta espectacular a mi criterio, y cuando al fin pude, después de saludar al resto de amigos y amigas que me esperaban para pasar esos días, sentarme dentro de mi t4, pensar un poquito solo, en el día, solo me quedó romper un poco a llorar, fue difícil, caprichoso, un momento en que piensas que la vida se ensaña un poco contigo, un momento en el que tienes que ser paciente, las tres o cuatro horas en el taller fueron desesperantes, pero las serenidad no se puede perder, y es una frase que me repito a diario, diariamente. Que pasé lo que tenga que pasar, pero yo sereno, tranquilo.


Concédeme serenidad para aceptar  las cosas que no puedo cambiar, valor para cambiar las que si puedo, y sabiduría para distinguir la diferencia.

















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